Residencia Terapéutica Esperanza de Vivir
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Las Drogas y sus Efectos |
LA
COCAINA
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La cocaína es un alcaloide contenido en las hojas del arbusto «Erythroxylon coca» siendo químicamente un derivado de la latropina. Es un estimulante cerebral extremadamente potente, de efectos similares a las anfetaminas. Además, es un enérgico vasoconstrictor y anestésico local, siendo absorbido por las mucosas nasales cuando se la aspira, se metaboliza en el hígado y se elimina por la orina. |
En
la década de 1980, los experimentos sobre patrones de consumo y cantidades certificaron
sus efectos sobre la adrenalina, muy relacionada con la agresividad. El consumo
de esta sustancia se relaciona estrechamente con hechos delictivos y de violencia.
En las dos últimas décadas hubo un enorme incremento en la cantidad de personas
adictas a la cocaína, resaltándose como dato significativo la adicción simultánea
a otras sustancias.
Las
consecuencias de su consumo son complejas, involucrando daños de muy diversa
índole: cerebrales, sociales, familiares, medioambientales, etc.
La
cocaína estimula el sistema nervioso central, actuando directamente sobre el
cerebro. Sus efectos fisiológicos inmediatos son: sudoración, aumento en la
potencia muscular, midriasis, incremento de actividad cardiaca y presión sanguínea,
dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, convulsiones, aumento en el
ritmo respiratorio y de la temperatura corporal.
Estos
síntomas pueden provocar la muerte por paro cardíaco o fallas respiratorias.
Además se presentan irritaciones y úlceras en la mucosa nasal. Comúnmente causa
congestión nasal, que puede presentarse o no con secreción liquida. El uso por
vía inyectable expone al adicto a infecciones de SIDA, hepatitis B y C, tétanos
y otras enfermedades infectocontagiosas. La infección con el HIV puede producirse
por transmisión directa de virus al compartir agujas y otros dispositivos contaminados.
El
uso y abuso de drogas ilícitas, incluyendo el crack y la cocaína, se ha convertido
en el principal factor de riesgo de contagio con el virus HIV. Sumado a ello,
la hepatitis C se está difundiendo rápidamente entre los adictos que se inyectan;
el índice de infección varía entre el 65 y el 90 por ciento en este grupo de
personas, de acuerdo al país. Hasta hoy, no se ha descubierto una vacuna contra
el virus de la hepatitis C, y el único tratamiento disponible es caro, muchas
veces infructuoso y con serios efectos colaterales.
La
cocaína es una droga extremadamente adictiva, cuyos efectos se perciben en un
lapso de 10 segundos y duran alrededor de 20 minutos. Actúa directamente sobre
los centros cerebrales encargados de las sensaciones del placer.
Dada
su alta capacidad de producir daños y hasta destrucción celular, las sensaciones
que eran placenteras en sujetos recién iniciados se convierten en efectos desagradables
como agitación, llanto, irritabilidad, alucinaciones de tipo visual, auditiva
y táctil, delirio paranoide, amnesia, confusión, fobias o terror desmedido,
ansiedad, estupor, depresión grave y tendencias suicidas.
Los
efectos psíquicos reconocidos por la mayoría de los autores y recogidos en publicaciones
recientes incluyen euforia, inestabilidad, aumento de la comunicación verbal
y de la seguridad en uno mismo, inquietud, anorexia, insomnio e hipomanía. El
adicto experimenta pérdida de interés e imposibilidad de sentir placer ante
la falta de la sustancia. Así, la cocaína se convierte en el único objetivo
y motivo en la vida del adicto, desplazando todo tipo de sentimientos.
La
relación con los fenómenos criminales es expresamente citado por los autores,
asociándose su consumo a la predisposición al delito.
La
cocaína es consumida por muy variados tipos de sujetos y motivos. Los consumidores
ocasionales son sujetos con personalidades débiles e inestables que desarrollan
una rápida dependencia psicológica. La adicción a la cocaína posee condicionantes,
que pueden ser el reforzamiento de una personalidad insegura, que recibe un
apoyo en el estímulo del tóxico.
Los
adictos habituales presentan tolerancia y necesitan de mayores dosis para alcanzar
iguales resultados. A ésto puede llegarse por causas diversas pero siempre relacionadas
con factores familiares, sociales y ambientales determinantes.
Dado
que los efectos de la cocaína sobrepasan su punto álgido a los treinta minutos,
el individuo precisa varias dosis durante el día para alcanzar cierta estabilidad
emocional y evitar el efecto disfórico que la propia droga ocasiona luego de
varias horas de la ingesta.
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